jueves, 8 de noviembre de 2012

Nuevas Tecnologías.


Trueque, esclavismo, feudalismo, socialismo, capitalismo…

Todos ellos en su momento marcaron épocas en la historia económica del planeta Tierra, pero de ¿Dónde surge el cambio entre cada una de ellas? ¿Cómo surge una nueva economía?

Una economía; de acuerdo a Engels, es la ciencia que estudia la producción, distribución, cambio y consumo de los bienes materiales que satisfacen las necesidades humanas; en palabras menos complejas: Una economía son los actos consientes del hombre para satisfacer sus necesidades.

Claro está que las necesidades del hombre han ido trascendiendo a través de su evolución, pero ahora más que nada, la evolución del hombre se ha visto reflejada con la llegada de las tecnologías de la información.  Lo que me lleva a preguntarnos  ¿serán las nuevas tecnologías el futuro económico del planeta? ¿Será que en unos años dejemos atrás al capitalismo y socialismo, para convertirnos en un sociedad del virtualismo?

Según Franciso Mochon y Alberto Beker, la economía se complica al mismo tiempo que surge la difícil tarea de intercambiar productos a nivel masa; sin mencionar que la sofisticación y evolución del hombre produjeron un sinnúmero de necesidades difíciles de satisfacer a través de los modelos económicos prehispánicos y medievos. 

La necesidad del practicismo que surge con la producción y distribución en masa, es lo que nos lleva al Virtualismo: un modelo económico postmoderno que estaría sustentado con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

¿Qué son las Tecnologías de la información?

Las Tecnologías de la información y la comunicación, son aquellas tecnologías capaces de ampliar las capacidades intelectuales del hombre de manera flexible, práctica, intuitiva, cercana y sobretodo atractiva. Si bien son la reforma intelectual del hombre; otra de las grandes sofisticaciones del intelecto humano, entonces las tecnologías de la comunicación  otorgan a la sociedad nuevas grandes necesidades por satisfacer.

El capitalismo que es aquel modelo imponente y hasta ahora intocable, podría fácilmente llegar a ser sustituido por el virtualismo si hablamos de que habitamos  en una época postmoderna en donde el individualismo posesivo se basa en ganar dinero y hacer negocio.

 Y ¿qué va de la mano con el individualismo más que las nuevas tecnologías de la información?.

Según Lipovetsky, filosofo postmoderno, existen cinco fuerzas que movilizan a las civilizaciones: el mercado: que es la economía, la tecnociencia: que es la tecnología, las industrias culturales: que son el intelecto, el consumismo: que son las necesidades y el individualismo:  que es el hombre.  Si  hablamos de que estás cinco fuerzas son aquellos catalizadores de movilidad de una sociedad entonces el virtualismo es una de las respuestas más coherentes que se podría formular: una economía que permita la individualización del hombre a través de las nuevas tecnologías.

¿Por qué es importante ser parte de este nuevo modelo visrtualista?

 En primer lugar, porque las tecnologías de la información ya no son el futuro, son el presente. Estamos día tras días en convivencia con computadoras, teléfonos inteligentes, el internet: estamos en la era de homo- tecno; en donde la tecnología crecerá aceleradamente y la constante adaptación será necesaria.

En segundo lugar esta la practicidad; si desde los comienzos de la evolución económica se buscaba lo práctico, entonces podría decirse que se ha llegado a una cúspide económica en donde gracias a las nuevas tecnologías estamos en cualquier lugar al alcance de satisfacer nuestras necesidades.

La globalización es el tercer punto importante, el rompimiento de barreras que conectará al individuo a una cúspide de autenticidad que sólo se logra con las nuevas tecnologías: “La libertad de poder ser quien soy y decir lo que siento”, una barrera que en la sociedad real es casi imposible de alcanzar.

Las tecnologías de la información han dejado de ser el futuro, estamos en una era postmoderna en donde los individuos cederán su papel antagonista para convertirlo en protagonista de su propia realidad. La cúspide del conocimiento, el consumismo desmesurado, las capacidades sociales, recaerán en estos dispositivos  individualistas saturados de información y la era trascendental virtualista será  el eje de los mercados.

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